RESEÑA: El último verano de Silvia Blanch

- Título: El último verano de Silvia Blanch
- Autora: Lorena Franco
- Páginas: 320
- Editorial: Planeta

La última persona que vio a Silvia Blanch, desaparecida sin dejar rastro el verano de 2017, está muerta. Silvia era joven, guapa y estaba destinada al éxito. Alex, una joven periodista, será la encargada de ir hasta el pueblo de Montseny, donde vivía Silvia y donde se le perdió la pista, para hablar con su familia y escribir un artículo cuando se cumple un año de la desaparición.

Una vez allí, empieza a desempolvar todos los detalles de la desaparición en busca de respuestas. Rodeada de secretos y mentiras, no tardará en notar que su presencia molesta a los habitantes del pueblo. Sobre todo a uno de los principales sospechosos, por quien Alex se sentirá irremediablemente atraída a pesar de lo que parece esconder.

Está a punto de cumplirse un año de la noche en la que Silvia desapareció, y a Alex le han encargado en la redacción en la que trabaja, realizar una entrevista a la familia, para ver cómo son sus días ahora, y qué sienten al respecto, ya que la búsqueda se abandonó hace mucho tiempo.

Lo que al principio podía parecer una simple entrevista, se dio cuenta de que nada más pisar ese pueblo, la gente no la quería ahí. La familia seguía teniendo la esperanza de que Silvia apareciera en algún momento. Aunque la madre insistía en que había que tener esperanza, poco a poco esta incertidumbre había ido consumiéndola. Por otra parte, el padre seguía lleno de impotencia, desde el momento en el que acabó la búsqueda, puesto que siempre ha dicho que la policía ha hecho muy poco por encontrar. Y respecto a la hermana de Silvia, se encuentra muy distante, e intenta no hablar mucho de su hermana, por el dolor que todavía siente.

A Alex toda esta entrevista, la familia de Silvia, e incluso la propia Silvia, han hecho que no pueda parar de pensar en lo que sucedió aquella noche. No puede quitarse a Silvia de la cabeza, y eso hace que, aunque ya no sea necesario volver al pueblo porque la entrevista ya está incluso publicada, tenga la necesidad de volver.

Poco a poco se va a ir acercando a las personas del pueblo, y en concreto a la familia de Silvia. Va a intentar descubrir qué pasó aquella noche, y quiénes tenían relación y motivos para hacer que Silvia desapareciera. Porque quiere creer que está en algún lugar alejado del pueblo y de todos, pero poco a poco se va creando en su cabeza la idea de que puede que Silvia esté muerta.

Nuestra protagonista Alex, es una chica formal, a la que le encantaría no tener que trabajar en la redacción de una revista, y poder publicar su propio libro. Aunque al principio se muestra un poco reacia a acudir al pueblo y entrevistar a los padres de Silvia, al final decide hacerla, puesto que ella es una de las personas que estuvo siguiendo el caso desde casa, y sigue con la incertidumbre de qué pasó, aunque no le de muy buena espina.

Al principio descubrimos a una Alex un poco tímida, que cuida sus palabras y sus actos. Pero según van pasando los días, y Alex sigue en el pueblo conociendo el entorno más cercano de Silvia, empezamos a verla más segura de sí misma en cuanto a su propósito en el pueblo. Pero más insegura en cuanto a todo lo que ocurre y ocurrió en el pueblo. Va descubriendo cosas y secretos que quizás habría preferido no descubrir nunca, pero en cierta medida los nuevos descubrimientos la están afectando más de la cuenta.

No puede sacarse a Silvia de la cabeza, y con forme piensa que se está acercando a la verdad, más obsesionada se vuelve con el caso, y llega un momento en el que no confía ni en su propia sombra. Los acontecimientos por los que pasa Alex durante sus días en el pueblo, y luego tras su vuelta a la realidad, no son para nada lo que esperaban. Y no sabe cómo sentirse al respecto.

Por otra parte, indirectamente, también tenemos a Silvia como protagonista. Puesto que hay capítulos narrados por ella, y es así cómo vamos a ir descubriendo cómo fueron las últimas horas de Silvia antes de su desaparición. E iremos conociendo como es su vida, cómo es ella en su trabajo, sus pensamientos, y conoceremos a sus personas más cercanas.

Desde esta perspectiva, lo que se consigue con la narración de Silvia, es desconcertarte y despistaste un poco, porque es verdad que parece que al principio habla un poco en clave. Habla de otras personas dando a entender que nosotros ya sabemos quién es, pero solo es para que nosotros estemos atentos, y nos despiste. Y cada vez que se va acercando a la hora de su desaparición iremos descubriendo muchos secretos de Silvia, así como sus planes de futuro.

La trama me ha gustado mucho, y la manera en la que está narrada la historia también. Puesto que la autora intenta jugar al despiste con el lector. Eso lo consigue gracias a los capítulos narrados por Silvia, y a algunos narrados por el primo de Silvia, que también tienen su gran importancia. Sobre todo porque es el que nos hará pensar que un año después de la desaparición de Silvia, todavía hay algo ahí. Y poco a poco lo tendremos que descubrir junto con Alex.

La pluma de la autora es bastante sencilla. La narración no tiene excesivos detalles ni descripciones, y eso hace que sea una lectura amena. Porque con unas simples descripciones la autora consigue que te transportes al pueblo donde creció Silvia. Además, el hecho de que el caso de la desaparición haya sido aparcado desde hace mucho tiempo, hace que la policía no tenga importancia en la historia. Y eso me ha gustado porque ha sido una manera de resolver el caso, mediante una periodista, que se basa en sus propias conclusiones, en sus pensamientos, y deducciones a partir de ir conociendo a las personas que rodeaban a Silvia, y a través de ponerse un poco en la piel de ella.

Esto ha hecho que no se me ha lento, como me ocurre con otros libros policíacos, en los que se centran en la investigación, y lo que van descubriendo con las pruebas. Además, en cada capítulo pasa algo distinto, la autora siempre deja alguna pequeña pista, o suceso que hace que te pique la curiosidad y tengas que seguir leyendo.

Me ha parecido una lectura muy entretenida, aunque habría momentos que hubiera omitido, o explicado de otra manera. En este libro vamos a encontrar como dos partes, la primera en la que Alex hace la entrevista, y luego regresa de nuevo al pueblo; y una segunda parte que transcurre dos años después de ese verano. El salto de una parte a otra es la que me ha parecido un poco forzada, como que la autora quería contar lo que pasaba después pero no sabía cómo hacerlo, y cómo hilarlo.  

Otra de las cosas que me ha chirriado un poco, es la continua obsesión que tiene la autora con cierto personaje. Porque desde el primer momento la autora nos va a hacer ver quién cree ella que es el culpable de todo. Y hay momentos en los que me ha parecido un poco cargante, e incluso repetitivo. Pero también es cierto, que es una manera de hacer dudar y despistarte. Porque durante todo el libro, yo he estado sacando mis conclusiones y he ido intentando descubrir, como Alex, lo que había pasada y quién había sido el culpable de todo. Y cuando parecía que ya tenía una idea de lo que podría haber pasado, la autora me vuelve a hacer dudar, y eso me ha gustado.

Aunque llega un momento en la historia, cuando nos acercamos al final, en la que he visto claro todo. Ha sido un comentario, una acción, que ha hecho que lo descubra. Y ahí me he adelantado a Alex, porque la periodista todavía seguía un poco perdida, y con ideas nada claras. Así que el final me ha gustado, aunque tampoco ha sido para tanto. Ya me lo veía venir, pero aun así sorprende.

Recomiendo mucho su lectura, ya no solo porque enganche, y acabes dudando de todo el mundo, incluso de los que no son del pueblo. Sino porque es una manera diferente de resolver un caso. Yo personalmente en los libros de thriller y policíacos no me he encontrado a periodistas resolviendo casos, sino a policías e inspectores, y eso se me hace aburrido. Así que espero que le deis una oportunidad, además, es muy cortito y os va a tener con la intriga hasta el final.

4/5